
¡Me duele el pecho! No sé qué tengo.
¡Duele!
¡Duele bastante!
Mis ojos están derramando lagrimas
nuevamente. ¿Por qué otra vez me está pasando esto?
Aquí estoy nuevamente. sentada en mi vehículo,
dejando que el destino me lleve hacia donde quiera. Soy como una hoja suelta en
el rio, esperando a encontrar un lugar seguro donde alguien me acepte como soy.
He recorrido muchos lugares, he recorrido muchos destinos, ni un puerto ha sido
el ideal para mí. No encuentro algo que es de mi agrado. O no me siento
segura de donde estoy.
Aquí estoy, sentada en el asiento de mi vehículo,
esperando que me lleve hacia un lugar seguro, cómoda y donde me sienta libre de
ser como soy.
Alguien una vez me dijo: la vida no es un destino, es un viaje. Pero al momento, mi viaje se ha tornado tedioso,
aburrido, con muchos baches, túmulos, curvas peligrosas, senderos por donde es difícil
pasar, veredas a la orilla de barrancos. Al momento, mi ruta no ha sido nada
agradable. Al momento no he encontrado alguien que me quiera acompañar en mi
viaje. ¡Y me decepcionó a mí misma!
¿¡No soy lo suficiente para alguien, para
que no esté conmigo!?
¿Acaso el destino me tiene preparado algo
más adelante? O en definitiva… ¡Estaré viajando sola el resto de mi vida…?
Aquí estoy sentada en mi vehículo,
esperando que el destino encuentre alguien para que me haga compañía. A alguien…
que se divierta conmigo, que haga el ridículo conmigo, que se ría de mis
ocurrencias y de mis chistes malos. Que me haga reír a cualquier momento, que
se preocupe por mí, que me diga que soy todo para él.
Quiero alguien que me vea bonita todos los días,
aunque me acaba de levantar. Que me diga que estoy bonita cuando este pos turno.
Cuando este en mi periodo, cuando este en mis días malos, en días depresivos,
en mis días de dolor, de angustia, de soledad. ¿Acaso es mucho pedir alguien
que me soporte?
A veces me siento sola…
Me siento sola en estas cuatro paredes, sin
nadie que este a mi lado, abrazándome cuando hace frio. Sin nadie que ponga su
mano sobre mi abdomen cuando este en mi periodo. Sin nadie que aprecie mi comida,
aunque se haya quemado. Nadie que me acompañe al mercado a comprar, sin nadie
que me diga: cuidado al cruzar la calle.
Sin nadie que me tome de la mano, cuando
estemos caminando por las diferentes calles y avenidas de la ciudad.
Y al pensar en todo eso… mis ojos no soportan
tal sentimiento. Y se dejan vencer… tocando mis sentimientos profundos e
inician a derramar lágrimas. Lagrimas blanquecinas, haciendo que formen un
riachuelo de agua cristalina. Lagrimas saladas, que dije en algún momento, que
nunca derramaría otra lágrima más. ¡Pero NO! Aquí estoy nuevamente botando mis lagrimitas,
escurriendo por mis mejillas hasta llegar a mis labios y al tener contacto con
mi lengua, se tornan saladas. Son lagrimas saladas, como mi vida.
Lloro tanto, que mis ojos se vuelven rojos
y pesados. El sueño se posa sobre ellos, y el dolor yace a mis pies. Quiero dejarlo,
pero no puedo. Ambas discuten por quien me hará mas daño, ambas luchan por verme
sufrir. ¿Y no sé qué hacer? Lo único que se me ocurre es llorar, llorar y
llorar.
No dejo de llorar… que triste me siento
Quiero gritar, para que alguien me escuche
y se apiade de mí. Pero es difícil… mi garganta y cuerdas bucales se encuentran
paralizadas, sin poder emitir palabra alguna. Únicamente producen algunos
sonidos de dolor, de melancolía, tristeza y abandono.
Mientas estoy sentada en el sillón de mi
vehículo, veo pasar a parejas de todas las edades. Unas felices, y otras
tristes. Otras discutiendo sobre temas serios y otras hablando de temas
intangibles. Otras comiendo y bebiendo algo mientras caminan. Otras llevan
bolsas del mercado. Otras están buscando una farmacia para aliviar su dolencia.
Otras… en su vehículo cantando canciones románticas. Otras discutiendo… en fin…
muchas situaciones y vicisitudes.
Acomodo mi espejo retrovisor y me veo. Considero
que a veces es bueno estar sola. Pero otras veces es bueno estar con alguien.
En mi caso… a veces quisiera estar con
alguien, viviendo todos esos escenarios. Pero no tengo a nadie. A veces
quisiera que alguien me dijera que todo saldrá bien, que todo estará bien. Que me
diga: Ánimo, tu puedes. Creo en ti, sé que puedes. Tienes la fuerza y el valor
para esto y muchas cosas más. Pero no…
no tengo a nadie. Y mientras escribo, otra lágrima vuelve a recorrer mis
mejillas. Que chillona me siento. O es… ¿Por qué estoy deprimida por ser fin de
año?
Hace mucho tiempo tuve alguien…
Alguien me hacía y decía todo lo que acaba
de mencionar. Era bonito que alguien se preocupe por mí. Es bonito que alguien
me tomé de la mano y me guie hacia mis sueños. Alguien que me tomé la mano para
luchar por mejorar mi futuro. Alguien que salga a la una de la mañana a la
farmacia para comprar una pomada y al regresar, se de cuenta, que la pomada
comprada es la equivocada.
Alguien que me prepare el desayuno. Alguien
que me diga que no puedo comer chocolate, dulces, donas, papas frías,
hamburguesas porque me hace engordar, y quiere que preserve mi figura como es.
Alguien que me acompañe a comprar tollas higiénicas,
alguien que me acompañe a buscar cual será el mejor tinte para mí persona. Alguien…
Pero no lo tengo…
Únicamente sueño con ello…
Espero algún día encontrarlo…
Mientras me encuentro sentada en el sillón
de mi vehículo, mi mente divaga en muchas cosas. Cosas buenas y malas.
Analiza en aspectos personales, laborales,
familiares, amorosos, en desamor, en tristeza. En muchas cosas… mi cerebro
analiza y piensa muchas cosas en un momento.
Aquí me encuentra varada en el tráfico, sin
saber a donde me llevará el destino…
Aquí varada, con el semáforo en verde, pero
sin poder avanzar, así como mi vida.
Es un sentimiento que no puedo quitarme de
mi mente…
¿Por qué duele?
Duele mucho… no sabes cuánto me duele…
Acaso existe alguien que pueda quitarme
toda esa molestia y dolencia que tengo…
Puede alguien aliviar mis penas y mi
congoja, que me aflige todos los días…
Mientas estoy sentada en el sillón de mi
vehículo, el dolor se apodera de mi pechito, de mis ojitos, y las lágrimas
vuelen a brotar. Son muchas lagrimas que recorren mi mejilla, llegando a suicidarse
sobre mis muslos.
Imploro perdón hacia mis lágrimas, porque
no tengo como consolarlas. Imploro perdón hacia mi corazón, porque sufre
siempre. Los sentimientos que tengo, muchas veces quisiera ahogarlas o ahorcarlas,
pero no puedo… me es difícil, pero me da pena hacerlo. Creo que soy una cobarde
al tratar de matar mis sentimientos.
¿Por qué duele tanto?
Duele… porque sé que
el sentimiento es real.
¿Puede alguien quitarme este dolor…?
¿Puedes quitarme este dolor…?
¿Puedes…?
¿Puedes…?
¿Puedes…?
¿Puedes…?
¿Puedes…?
¡Aléjalo de mí…!
Es un sentimiento que mata. Es un sentimiento
intangible, pero mortal.
Mientras me encuentro sentada, veo pasar el
tráfico, pero no veo pasar mi dolor.
Aquí estoy esperando que el semáforo de la
vida de luz verde para poder dejar el dolor atrás, y algún día, mi destino me
lleve a un lugar donde esto, solamente será una historia por contar.
One Reply to “Duele…”
Alejandra
03 Abr 2021Es así como se siente, todas esas preguntas sin respuestas, el enojo convertido en tristeza y dolor es exacto lo que se siente, no pude dejar de llorar, lo había leído antes pero hoy duele más