Siempre creí que todo en esta vida iba ser difícil.

Desde que nací, siempre he tenido muchos tropiezos,
pero no solo yo. También otras personas que me han rodeado desde que tengo
memoria.

Siempre me ha costado hacer y realizar mis
cosas.

Siempre he tenido el problema con las cosas
teóricas, y las practicas se me hacen mas fáciles.  

Así fue durante toda mi infancia… y aún lo
sigue siendo hoy en día.

Tengo habilidad con los números y las cosas
prácticas. Tal vez en parte porque mis padres, están relacionados en el mundo de
los negocios. Entonces se me es más fácil, manejar números y procedimientos. Y la
teoría… siempre ha sido mi punto débil…

Pero todo eso cambio cuando encontré a un
ser especial…

Tubo un giro inesperado mi situación,
cuando te conocí…

Desde la primaria, hasta los primeros años
de la universidad, siempre huí de la teoría. De leer, de comprender, porque
nunca le encontraba sentido a lo que veía hacer a otros. Sentarse en una
banqueta, en una silla, en el parque, u otro lugar. Con un libro en la mano. con
un libro, haciendo mundos imaginarios por todos lados. Pero yo
nunca veía eso… siempre detestaba eso. Para mí… me agradaba ver a personas que
trabajan con números. Con herramientas. Que se las ingeniaban para resolver
problemas prácticos. Para luego utilizarlos en otras cosas mas complejas.

Cuando llegaste a mi vida…

Todo era diferente…

Odiaba todo lo descrito anteriormente…

Mi mundo no tenía sentido…

Y al conocerte día a día, mi mundo giro de
forma precipitada hacia un nuevo eje que jamás había visitado, muchos menos
imaginado que estaba merodeando por allí… y que únicamente estaban a unas
paginas de distancia.

Me abriste los ojos de una forma nunca
antes pensada…

Y al tenerte en mis manos, vi todos los
mundos donde pude escabullirme cada vez que me siento triste y meditabundo…

Desde que te tengo entre mis manos… me has
enseñado muchas cosas. Cosas que jamás imagine…
Cosas que nunca las viví, hasta conocerte…

Desde que te sentí la primera vez… hasta la
fecha… no puedo olvidar aquella sensación que sentí, al tocarte por primera
vez.

Aquel perfume tuyo que emanaba por todo tu
ser. Aquella loción, que utilizabas. Aquel olor indescriptible, inigualable.  Aquella loción, que pocos mortales hemos
tenido la oportunidad de disfrutarlo. Ese aroma, que aun es difícil de eliminar
de mi sentido del olfato. Porque quedó impregnado en mi lóbulo temporal. Y esta
es difícil de eliminarlo…

Tu textura es indescifrable. Dependiendo del
mundo que me quieres contar. Así es tu piel…

Cuando te tengo en mis manos… mi piel se
eriza solo con el hecho de tenerte en mis manos. Te toco… siento tu olor que
llega a mis más profundas conexiones nerviosas. Y tú esencia empapa mi ser. Y mi
cuerpo queda impregnado con esa fragancia que me hipnotiza y me deja como un
ser que lo único que quiere ser, es seguirte a donde tú vayas. Es darte todo lo
que tú me pidas.

¡Que más…!

¡Que más quieres de mí!

¡No puedo describir lo que siento por ti!

Me consumes. Me tientas a querer mas de ti…
quieres que deje el sueño, por un lado. Que deje mi descanso por querer saber más
de ti.

Eres pequeño. Eres grandes. Eres todo lo
que siempre he soñado. Eres siempre lo que quise. Eres todo para mí.

Y desde que te tengo en mis manos desde
hace mucho tiempo… me has enseñado con tu basta sabiduría. Un sinfín de mundos
los cuales me he refugiado desde entonces…

Esos mundos que me llevan hacia diferentes
lugares. Donde me cobijan cuando estoy triste. Cuando esto deprimido. Cuando me
encuentro solitario…

Tú siempre me has brindado tu mano, para
que yo vuelva a encontrarme a mi mismo.
Y lo haces con tal parsimonia, que no puedo
luchar contra ello.

Lo haces con esa gracia. Que simplemente cedo
ante tus curvas. Cedo ante esos colores que siempre vistes. Esas vestimentas
que utilizas simplemente me hipnotizas…

Pues al ver todo lo escrito… me doy cuenta
que no puedo vivir sin ti. Y que únicamente estoy redundando…

Que no estoy escribiendo algo en concreto. Únicamente
le estoy dando vueltas al asunto. Como si estuviese en un laberinto, donde el único
fin es encontrarte y volverte a tener una y otra vez, pero no lo he logrado.

¡No digo tu nombre!

¡No digo quién eres!

¡Pero tú… sabes quién eres!

¡Y esos momentos aun no logro eliminarlos
de mis hojas de anotaciones, y no quiero arrancarlos, porque si lo hago! ¡Una parte
de mi ser, se va con ellos!

¡Extiende tu mano, para que logre encontrar
la salida y vuelva a sentir tu pasión, como aquellos días, donde nos fundíamos en
esas letras, donde nos devoráramos hoja tras hoja, hasta el crepúsculo!

Y si tú así lo quieres. Quita tu mano, y
deja que yo siga dando vueltas en ese laberinto, como si fuera hámster corriendo
sin fin. Y sin lograr nada…

¡Que triste es estar tratando de buscar otro
libro que llene y satisfaga mi pasión por la lectura!

¡Qué triste es saber que no tengo el valor de
buscar otro libro que me comprenda!

Y lo mas triste de estas letras, que tú
eres la inspiración para contar estas historias cortas, que a veces no tienen
sentido ni lógica. Pero estas letras vienen de lo más profundo de mi masa encefálica.
Y sabiendo esto… tú no estás a mi lado… y seguir perdido en este mundo donde
las letras y las pastas muchas veces no cuentan con la esencia requerida para llenar
este vacío.

En fin…

Ere tú. Sin saber que eres la causa y la
cura de estas letras derramadas.

No digo
tu nombre. Pero tú sabes quien eres.

Compartir

Leave A Comment