Lo que comenzó hace 114 años como un espacio de protesta y de denuncia en contra de los gobiernos totalitarios y los abusos eclesiásticos se ha convertido en un negocio que genera más de Q6 millones en los 40 días que duran las actividades de recaudación de la Huelga de Todos los Dolores, de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac).






Desde finales de la década de 1980, esa actividad tradicional y centenaria ha dejado de ser atractiva, incluso para estudiantes de la Usac, quienes la califican de espacio de extorsión velada, por lo que se consultó a exintegrantes del Honorable Comité de Huelga, quienes accedieron a hablar con Prensa Libre para relatar interioridades del destino de los recursos que se recaudan, razón por la que pidieron utilizar sobrenombres.
El Duende, quien participó en el Honorable Comité en 1996 y en 1998, explicó que la recaudación de fondos se inició para contar con los recursos que permitieran financiar las actividades propias de la Huelga, como la elaboración de las capuchas y las sotanas, la velada teatral, el reyfeato, la declaratoria de huelga, algunas carrozas de las unidades académicas y el desfile bufo.
Rodrigo, otro huelguero que estuvo en el Honorable, recordó que en épocas del conflicto armado interno muchos de los fondos se entregaban a la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), a algunos sindicatos, e incluso se financió parte de la campaña política de la Alianza Nueva Nación, en 1999, sobre lo cual sus dirigentes dijeron no tener mayor información.

El negocio
Sin embargo, las cosas han cambiado y el destino de los recursos, también.
A la fecha, los huelgueros han encontrado varias maneras de financiarse. Durante muchos años se contó con una donación que hacían fábricas de licores y de cerveza, mediante una exención de impuestos que autorizaba el Congreso.
Sin embargo, Rodrigo explicó que esta dejó de solicitarse, por dignidad, durante la presidencia de Efraín Ríos Montt en el Legislativo, y aclaró que, si bien es cierto, se autorizaba la exención para dos camiones, los universitarios solo recibían uno.
“Al dejar de recibir ese apoyo, tomó auge el mecanismo de la talacha —recaudación en calles, buses y comercios—, la venta de bonos, de los boletines y ahora el cobro en los parqueos, lo que generó que la Huelga se haya convertido en un negocio lucrativo por la cantidad de recursos que eso genera”, lamentó Rodrigo.
Arturo, encargado financiero del Honorable en el 2010, dijo que de los casi mil 500 espacios de parqueo se obtiene un promedio de Q1.5 millones. De la venta de los bonos a los estudiantes, congresistas y funcionarios, se perciben unos Q600 mil.
Esos recursos se suman a los casi Q1.6 millones que se recaudan con la venta de gelatinas con licor, cusha, llaveros, capuchas, boletines y del cobro que se hace a los estudiantes por ingresar en las unidades académicas. Sin embargo, con la talacha, por mínimo que sea su alcance, se recaudan hasta Q3 millones. Todo eso en 40 días.
Los entrevistados coincidieron en que ahora la mayoría de los recursos son manejados de forma discrecional y sin rendir cuentas.
Macario Cacaste, rey feo vitalicio, señaló que “lo más terrible” es que, a pesar de la gran cantidad de recursos que ingresa, no hay quién fiscalice su destino.
“Se supone que los ingresos que se obtienen deberían utilizarse para actividades como las declaratorias, el reyfeato, la velada teatral, las comparsas o las carrozas, pero no es así. Entonces, la pregunta es: ¿En dónde termina todo ese dinero? ¿Quién se queda con él?”, cuestiona.
Mientras, el rey feo Juan Chapín dijo: “Ahora comprendo por qué llegan hasta el punto de matarse por entrar en la Huelga y por eliminar al grupo que está en la asociación de las unidades académicas. No cabe duda de la gran corrupción”.
Grupos opositores
Todos los entrevistados coinciden en que los grupos denominados autónomos son los que han hecho de la Huelga un negocio. “Los autónomos surgieron a inicios de la década de 1990. Su tarea y misión es dividir, robar y acaparar. Se han opuesto a los cambios. Para intimidar, infiltran mareros armados, que no son universitarios”, condenó el Duende.
Para acabar con esa situación, el rector de la Universidad de San Carlos, Estuardo Gálvez, propone crear una alianza donde la administración se comprometa a recaudar recursos para la Huelga entre estudiantes, catedráticos y personal administrativo, a cambio de que los estudiantes dejen de pedir dinero y de cobrar los parqueos. Solo así, dice el Rector, los que no son estudiantes dejarían de lucrar con las actividades de la Huelga de Dolores.

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