Durante el período estival, tiempo con menos preocupaciones académicas o laborales, crece el interés en las relaciones con otras personas

El tiempo libre hace de las vacaciones y los fines de semana momentos idóneos para aplicar el arte de seducir. La seducción es una cualidad necesaria, y saludable, para cualquier persona que desee embargar a otra. No obstante, hay quienes se sienten incapaces de cautivar, e incluso nunca han ligado, o convierten esta persuasión en una adicción, en su forma de vivir. Para lograr una seducción sana, es preciso utilizar el ingenio y la creatividad. En la actualidad, hay talleres que permiten desarrollar estas capacidades para atraer con éxito, ya que aprender trucos y estrategias puede ser útil tanto para la vida personal como en el mundo empresarial.



    La seducción es una cualidad necesaria para cualquier ser que tenga intención de conseguir algo de otro, como protección, relaciones sexuales e, incluso, obtener un crédito. Para todos estos aspectos que se pueden tomar como muy distantes, se utilizan estrategias y, «si se saben utilizar con destreza, es fácil tener más éxito en la vida», explica Fernando Pena, psicólogo en ejercicio en Valencia. Sin embargo, no todo el mundo tiene la misma capacidad de seducir.

    El aspecto más destacable en una persona es la seguridad que transmite de sí misma a su entorno. Camina de una manera confiada, mira a los ojos cuando habla, sonríe con frecuencia, sabe hacer críticas sin herir y entiende las críticas que recibe como una forma de crecer y mejorar. «Las personas seductoras se preocupan por sus clientes y se interesan por la vida de sus amigos y compañeros», añade este experto.

    Junto con la mayor o menor capacidad de ser sugerente que tiene cada uno, «hay determinados factores que despiertan e incrementan la apetencia de conquistar. El tiempo libre y de ocio es uno de los más importantes. Por lo tanto, los fines de semana y el período estival son los momentos en los que menos interfieren las preocupaciones académicas o laborales y el interés de las personas se centra más en la relación con otros», informa Pena.

    Seducción sana y patológica

    El aspecto más destacable en una persona seductora es la seguridad que transmite de sí misma
    La seducción puede ser una capacidad sana o patológica, cuando es extrema, ya sea por defecto o por exceso. Respecto a la incapacidad, Pena cuenta que «muchas de las personas que acuden a la consulta lo hacen porque no consiguen dar apenas ningún paso para seducir. Tienen miedos, inseguridades, baja autoestima y, todo ello, hace que pasen años sin que consigan experimentar la satisfacción de haber ligado con alguien». De hecho, «hay gente que no ha logrado ligar nunca», puntualiza este psicólogo.
    En el extremo opuesto, aunque de manera menos frecuente, también hay quienes convierten la seducción en una adicción y no consiguen salir de ese juego donde el único objetivo que se busca es conquistar a otra persona. A partir de ahí, la relación con el sujeto atraído pierde interés. Este tipo de comportamiento, a menudo, va asociado a un miedo significativo al compromiso. «Es un problema que afecta a ambos sexos», informa Pena.

    Seducción para todos

    Dentro del comportamiento sano, es fundamental romper con los viejos roles que dictan que los hombres deben dar el primer paso y las mujeres aceptarlos o rechazarlos. «Es fundamental tomar la iniciativa para conocer a la persona deseada», comenta el experto. Sin embargo, muchos, sobre todo del sexo femenino, se mantienen distantes e intentan insinuarse con la mirada o esperar a que sea la otra persona quien tome la iniciativa, si bien «cada uno debe sentirse dueño de lo que pasa en su entorno y actuar de una manera que garantice resultados», precisa.

    Otra de las claves para tener éxito es corregir los pensamientos negativos referidos a los momentos en los que se inicia el juego seductor, ya que en la práctica muchas personas tienen ciertos pensamientos a modo de excusa para no afrontar la situación, del estilo «la otra persona va a pensar que quiero algo», «que estoy desesperado/a» o «que quién me he creído que soy». Según Pena, hay que rechazar estos mensajes y sustituirlos por una actitud mental más tendente a la acción.
    Además, las estrategias de atracción no están reservadas a los singles, también quienes tienen pareja o viven con ella pueden volver a conquistar a su compañero sentimental. Precisamente, las terapias de pareja se plantean para conseguir ese objetivo.

    En este supuesto de relación estable, «se trata de mejorar los conflictos generados por problemas en la comunicación. Es muy importante una reaparición de las muestras de afecto, aprecio y cariño. También hay que buscar más tiempo de ocio juntos, ya que las actividades divertidas vividas en común fortalecen la unión. Y los viajes son un claro aliciente para ello», explica Pena. Además, destaca que quienes tienen hijos deberían asegurarse, al menos, un espacio y un tiempo como pareja, solos.

    CREATIVIDAD Y SEDUCCIÓN

    Las personas inseguras, tímidas, que no saben sacarse partido, cómo iniciar una conversación y que creen tener pocas dotes para seducir o no han ligado nunca no deben darlo todo por perdido. En la actualidad, pueden asistir a los talleres que se imparten para ayudar a desarrollar las habilidades necesarias. Fernando Pena, que ha impartido el «Taller de Creatividad Aplicada a la Seducción», para el Instituto de Creatividad Aplicada, de Valencia, cuenta que «el objetivo en estos talleres ha sido aprender, no solo a pensar diferente, sino también a comportarse de manera distinta». «Es fundamental ganar confianza en uno mismo y vencer el miedo al rechazo», subraya.

    En estos pequeños cursos se explican técnicas concretas que ayudan, como gestos específicos, formas de mirar, expresiones, la importancia de recordar datos de la otra persona, los piropos más eficaces, etcétera. Aprender trucos y estrategias de este estilo puede ser útil para tener éxito tanto en la vida personal como en el mundo de la empresa. En este último ámbito, «las estrategias creativas de seducción pueden ayudar a obtener más clientes, a fidelizar a los actuales y a generar que se hable bien de uno porque se consigue despertar más simpatía. Hay que pensar que la creatividad aplicada a la seducción potencia la capacidad de obtener resultados», sentencia Pena.

    En cambio, la falta de originalidad puede abocar al fracaso en el arte de conquistar. Como ejemplo, este psicólogo explica que si se piensa en las veces que a uno le han intentado cautivar con el típico «¿estudias o trabajas?» o con el «¿vienes mucho por aquí?», luego se recapacita en las ocasiones en las que alguien lo ha hecho con algo sorprendente, nuevo o diferente. Si se analiza cuáles han funcionado mejor, seguro que se piensa que las últimas, porque son las más creativas y las que permanecen en la memoria. 
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